Es el líquido de cocción y conservación de los garbanzos (y también de otras legumbres). Cuando compras un bote de garbanzos cocidos viene en un líquido ligeramente viscoso, compuesto por agua, proteínas, hidratos de carbono, una pizca de sal y puede que una pizca de ácido cítrico. Este es el líquido al que se llama «aquafaba«. No te preocupes, al final del tutorial tienes respuestas a las preguntas más comunes (puedes echar un vistazo a la tabla de contenidos).
Ingredientes
200 ml de aquafaba
3 cucharadas de azúcar blanco (unos 60 g)
½ cucharadita de zumo de limón
½ cucharadita del aromatizante que quieras (vainilla, limón, naranja, ron…)
Elaboración
1. Después de conservar el aquafaba en la nevera un par de horas (el frío ayuda a que suba mejor), lo echamos en un bol y lo batimos a velocidad alta con una batidora hasta que empiece a hacer espuma.
2. Una vez salga la espuma, añadimos zumo de limón y lo continuamos batiendo a máxima velocidad durante 15 o 20 segundos, hasta que veamos que la espuma adquiere un color blanquecino y está bien montada.
3. Cuando haya aumentado de volumen a casi el doble, ponemos el azúcar y la esencia aromatizante. Vamos batiendo hasta que la masa quede tan firme que al intentar cambiarla de recipiente se pegue en la base del bol.
4. Ya tenemos el merengue montado y a punto para servir, decorar pasteles, hacer galletas…
El agua de los garbanzos, pues, es un ingrediente popular en la comunidad vegana, pero también entre los que son alérgicos o intolerantes a la proteína de huevo, y también es más segura desde el punto de vista alimentario porque tiene menos riesgo de contaminación bacteriana que el huevo crudo.